Las noticias sensacionalistas que
afirman que el Gran Colisionador de Hadrones podría crear agujeros
negros que causarían el fin del mundo, no tienen ninguna base científica
y por tanto es imposible que esto pueda suceder, ni siquiera en el CERN,
el más grande y poderoso acelerador de partículas del mundo instalado
cerca de Ginebra, en Suiza.
Es verdad que podrían llegar a generarse microscópicos agujeros negros,
pero aunque el agujero negro sobreviviera por más de una fracción de
segundo (lo cual es improbable que sucediera), es casi seguro que
saldría disparado hacia el espacio, tendría apenas la masa de
aproximadamente cien protones y se movería a una velocidad cercana a la
de la luz; de modo que alcanzaría la velocidad de escape con facilidad y
sin ningún peligro.
Debido a que un agujero negro en miniatura tendría un tamaño menor que
la milésima parte de un protón, su atracción gravitacional sería
minúscula, lo que lo haría capaz de filtrarse fácilmente a través de la
materia sólida sin que siquiera pudiese llegar a tocar, ni mucho menos
succionar materia alguna.
Desde la perspectiva de algo tan pequeño, los átomos que conforman dicha
materia sólida son casi enteramente espacio vacío: el enorme espacio
existente entre los núcleos atómicos y los electrones que los orbitan.
Aunque se generara un agujero negro microscópico, este podría atravesar
el centro de la Tierra y salir por el lado opuesto, sin causar daño
alguno.
Por lo tanto, si se produjera el fin del mundo, no sería por esta causa.
CCI ha desarrollado desde hace más de un cuarto de siglo instalaciones
de control climático y cámaras de ensayos para las entidades de la
máxima relevancia y los centros de investigación más prestigiosos
existentes en la actualidad, entre las que cabe destacar el Acelerador
Sincrotrón ALBA.
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