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Los composites poliméricos para la
construcción están ganando terreno a los materiales tradicionales, no
solo por su bajo peso, facilidad de manipulación, elevadas prestaciones
técnicas (poliéster reforzado con fibra de vidrio para estructuras),
reducción de costes, etc., sino también porque sus propiedades se
ajustan a los requisitos esenciales de producto exigidos en la nueva
Directiva Europea de la Construcción y las posibilidades decorativas son
inmensas (piedra artificial, etc.).
Esta, y otras muchas conclusiones relacionadas, quedaron patentes tras
la celebración del II Seminario de los Composites Poliméricos en la
Construcción organizado por Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico)
y Aesicon (Agrupación Española de Industrias de Composites) celebrado en
el Parque Tecnológicos de Paterna en Valencia el pasado mes de Mayo, con
el objetivo de dar a conocer las últimas tecnologías y tendencias en
materiales plásticos para construcción, y presentar las ventajas de usar
compuestos poliméricos para arquitectos, ingenieros y prescriptores.
El seminario también tuvo como objetivo el animar a los fabricantes de
composites a diversificar su producción decantándola hacia el sector.
Pero llegado este punto es muy importante destacar la consideración de
la importancia del control de calidad, determinación de la resistencia a
la intemperie y del tiempo estimado de estabilidad de las prestaciones
de estos materiales (estabilidad mecánica, color, textura, adherencia,
mantenimiento de la dimensionalidad, aspecto, etc., etc.), más si se
tiene en cuenta que las edificaciones no son como los automóviles o los
electrodomésticos, los cuales tienen un fecha esperada de renovación
baja o media, sino que por el contrario han de estimarse periodos de
estabilidad que garanticen las cualidades por muchos más años.
Para ello se hacen imprescindibles las cámaras de ensayos de
envejecimiento ambiental acelerado, en las cuales se puedan establecer
programas de simulación de condiciones climáticas tales como:
Contaminación, erosión por polvo y viento, lluvia, radiaciones solares,
ozono, helada, nieve, alta y baja humedad, ambiente salino, resistencia
química a la niebla ácida urbana, fatiga térmica, etc.
CCI viene desarrollando desde el año 1967 cámaras de ensayos climáticos
y de simulación ambiental para investigación y control de calidad. A
este respecto es de destacar que CCI ha desarrollado este tipo de
cámaras de ensayos para las entidades de la máxima relevancia y los
centros de investigación más prestigiosos existentes en la actualidad
relacionados con la construcción y los composites, tales como el
Instituto Eduardo Torroja de materiales de construcción (CSIC), Control
de Calidad de la Edificación (INCE) y MOPU, entre otros.
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