En botánica, la
palinología es la rama encargada del estudio del polen y las esporas.
La investigación
puede llevarse a cabo desde varias perspectivas, lo cual ha ampliado sus
aplicaciones a campos tan importantes como la alimentación o la
medicina.
En la actualidad,
una de las definiciones que más se aproxima a la realidad es: la rama de
la ciencia que estudia los microorganismos resistentes de las plantas y
ciertos animales y que, entre sus muchas aplicaciones, incluye la
palinología arqueológica, la palinología del Cuaternario y la
palinología estratigráfica.
La palinología es
una ciencia relativamente moderna, que con su expansión se ha ido
diversificando en subsectores o áreas especializadas de investigación:
Estudio de los diferentes tipos de polen, contenido en el aire, las
mieles o en las mismas flores y el polen fósil, aquél que se encuentra
contenido en sedimentos de diferentes edades, bien a escala geológica, o
bien a escala humana.
Es precisamente en
el estudio paleontológico donde alcanza su máxima versatilidad, pues el
polen tiene gran resistencia a la putrefacción debido a las
características químicas de la exina. Esta área de investigación se
denomina paleopalinología.
La
paleopalinología se basa en la capacidad de polen y esporas (también
denominados palinomorfos) para ser fosilizados. Los palinomorfos pueden
ser transportados por el viento, o a través de otros vectores como los
animales, y depositados sobre diferentes materiales.
Estos microfósiles
sedimentados a lo largo del tiempo experimentan procesos de fosilización
de su exina de manera que se puede extraer, datar e identificar el polen
de un determinado material y deducir así cómo era la vegetación en el
pasado.
Del estudio de los
sedimentos o depósitos, tanto naturales, como procedentes de
excavaciones arqueológicas, podemos obtener conocimientos sobre la
vegetación del pasado y su evolución, así como sobre el clima y la
actividad del hombre primitivo, el cultivo y domesticación de plantas y
el impacto humano sobre la vegetación.
En este sentido es
de destacar que, para la investigación científica, CCI viene
desarrollando desde el año 1967, bajo la certificación AENOR, cámaras de
anoxia totalmente respetuosas con las obras de arte, para la eliminación
de insectos xilófagos mediante atmósferas inertes con climas
controlados. A este respecto es de destacar que CCI ha desarrollado este
tipo de cámaras para entidades de la máxima relevancia tales como el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Museo de América, Museo
del Traje, Arzobispado de Oviedo, Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC),
etc.
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