La única garantía
de evaluación internacional de resistencia a la corrosión pasa por la
trazabilidad de los resultados, y ello solo es posible mediante la
normalización certificada.
La evaluación de
la resistencia a la corrosión de los metales frente a los ambientes
salinos marinos, se realiza conforme a unos estándares internacionales
regulados por normativas de ensayos publicados por la mayoría de los
países industrializados.
Así, en Estados
unidos se publican las normas ASTM, en Alemania las DIN, en Francia las
AFNOR, en Inglaterra las BS, en España las UNE, etc., además de normas
privadas, tales como MIL STD, NAF, DEF, NATO, RENAULT, NISSAN, GM, FORD,
etc.
En casi todas
ellas, y de forma unánime, se sigue una metodología semejante
consistente en la utilización de cámaras de laboratorio con unas
especificaciones concretas, entre las cuales, no deben poseer un volumen
inferior a 400 litros, deben controlar con precisión la temperatura, la
tapa debe ser diseñada en forma de “tejadillo angular” de inclinación
eficaz para evitar el goteo, deben poder regular la pluviometría de la
nebulización de solución salina, etc.
De forma general
las premisas de este tipo de ensayos, serían las siguientes:
Composición salina
neutra: Solución de Cloruro sódico ClNa químicamente puro con una
concentración de 30gr/l en agua destilada (o agua desmineralizada) con
una conductividad eléctrica inferior a 0,5 microsiemens por centímetro.
Aire comprimido
con una presión comprendida entre 0.8 y 1.2 bares, humidificado por
burbujeo en agua destilada a temperatura controlada entre 40ºC y 50ºC.
Temperatura de la
cuba: 35 +-2ºC.
Duración del
ensayo: La indicada en la norma.
Características de
la pluviometría: Recolección de 1,5 +-0,5 ml por 80 cm² cada hora, en un
periodo mínimo de 24 horas. PH de la solución entre 6,5 y 7,2.
El dispositivo de
pulverización no debe estar dirigido directamente a las muestras y ha de
garantizar una pulverización uniforme sobre las probetas.
La volumetría de
niebla decantada se determina mediante la utilización de pluviómetros
aforados con área de captación certificada. La determinación deberá
realizarse en dos puntos representativos del área eficaz de ensayos de
la cámara.
Las probetas han
de ser dispuestas de forma que no se toquen unas con otras, en el ángulo
especificado, y en una posición tal que no se puedan producir goteos
sobre las mismas.
El ensayo solo
puede interrumpirse únicamente para efectuar su evaluación.
Para poder
asegurar la trazabilidad de los resultados, es aconsejable realizar
intercomparaciones con laboratorios acreditados, al menos una vez al
año.
La evaluación de
los resultados sigue igualmente unos criterios normativos, tales como
los indicados en la norma EN ISO 843, por ejemplo:
Las muestras se
limpian con agua templada y se secan con un secador de mano, tras lo
cual se realiza la evaluación, bien visualmente por medios ópticos
(mediante tablas normalizadas de descripción de aspectos), de forma
automática mediante equipos electrónicos, por pérdida de peso, etc.
Las nuevas
tendencias normativas evolucionan hacia los ensayos climo-salinos, los
cuales combinan ciclos repetitivos formados por fases de secado, niebla
salina y humedad saturada, más consecuentes con la realidad ambiental en
las áreas marinas. Muchas de estas normas ya se encuentran en vigor y
son cada vez más demandadas.
CCI desarrolla
desde el año 1967 cámaras certificadas de ensayos de corrosión acelerada
y de simulación climática para investigación y control de calidad. A
este respecto es de destacar que CCI ha fabricado este tipo de cámaras
de ensayos para las entidades de la máxima relevancia y los centros de
investigación más prestigiosos existentes en la actualidad, tales como
el Centro Nacional de Investigaciones metalúrgicas (CENIM), Empresa
Nacional Siderúrgica (ENSIDESA), Instituto de Técnica Aeroespacial
(INTA), AIRBUS, fabricantes de automóviles, etc.
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