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Cuando las aleaciones metálicas, especialmente las de base
ferromagnética, son expuestas a las condiciones climáticas químicamente
activas, tales como los ambientes contaminados industriales o urbanos, y
sobre todo en climas marinos, se producen fenómenos electroquímicos que
redundan en su deterioro por corrosión.
La
evaluación de la resistencia a la corrosión de las aleaciones metálicas
se determina a escala de laboratorio mediante cámaras climáticas de
ensayos y de niebla salina, bajo métodos internacionalmente
certificados.
Las
cámaras de corrosión cíclica, también denominadas cámaras climosalinas,
son equipos de ensayos ambientales en los cuales se alternan de forma
totalmente automática ciclos climáticos formados por fases secuenciadas
de niebla salina normalizada, secado normalizado y clima húmedo
normalizado, de manera repetitiva y precisa.
Existen multitud de normas que rigen este tipo de ensayos; desde las
normativas privadas desarrolladas por compañías tales como Nissan,
Renault, General Motors (como es el caso de la norma GM 60-203), Ford,
etc., hasta las exigibles por los propios países normalizadores, como es
el caso de las normas UNE, DIN, ASTM, PROHESION, MIL STD, etc.
CCI
viene desarrollando desde 1967, bajo la Certificación AENOR, cámaras de
simulación climática, entre las que se encuentran las cámaras de ensayos
de corrosión acelerada capaces de reproducir cualquier ambiente marino
que pueda encontrarse en nuestros mares y océanos y acelerarlo a
requerimiento. A este respecto es de destacar que CCI ha desarrollado
este tipo de cámaras para el Centro Nacional de Investigaciones
metalúrgicas CENIM, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, y las compañías más relevantes del sector, entre otras
entidades públicas y universidades diversas.
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