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La
mayoría de los metales, sobre todo los de base ferromagnética, cuando
están expuestos a la niebla salina atmosférica, propia del ambiente
marino húmedo y en presencia de oxígeno, sufren alteraciones químicas
estructurales basadas en fenómenos de oxidación-reducción. Estos cambios
químicos acaban por desembocar en un proceso de desintegración conocido
comúnmente como corrosión.
El
tiempo necesario para que comience a desencadenarse el proceso de
corrosión, depende de la composición de los metales, la temperatura, el
grado de humedad, la concentración de sales, presencia de otros
contaminantes, etc., y finalmente del grado de protección de los
acabados.
En
ocasiones podemos ver, en zonas costeras, "aceros inoxidables" (sin
protección), teñidos de las típicas manchas rojizas del óxido de hierro,
debido a que son de baja calidad. Si se acerca un imán a estos aceros,
se puede comprobar que son atraídos, cosa que no sucede con los aceros
inoxidables de alta calidad tal como el AISI 316-L, AISI 316 Ti, etc.,
los cuales son totalmente antimagnéticos.
No
obstante, en otras ocasiones, nos encontramos con grandes estructuras de
hierro, dotadas de recubrimientos de alta calidad, que resisten muy bien
los efectos de la corrosión, aunque requieren una gran servidumbre de
mantenimiento. Es el caso de puentes como el Golden Gate de San
Francisco, la torre Eiffel de París, las plataformas petrolíferas, los
grandes barcos semisumergíbles para trasladar grandes cargas, etc.
Para
estudiar a escala de laboratorio las aleaciones y composiciones
metálicas más resistentes y las protecciones más eficaces, se utilizan
las cámaras de ensayos de corrosión acelerada.
Los
ensayos de realizan bajo normas internacionales las cuales son adoptadas
por los diversos países y traducidas a sus respectivos idiomas.
Los
ensayos más antiguos y que siguen siendo los más comunes en la
actualidad, están basados en la permanencia de las probetas en una
atmósfera húmeda de cloruro sódico atomizado, a temperatura controlada,
durante un determinado periodo de tiempo. Transcurrido el cual el ensayo
finaliza.
No
obstante, en la actualidad, cada vez es mayor el número de sectores que
demandan normas basadas en ensayos combinados de ciclos repetitivos
formados por periodos de spray salino, seguidos de periodos de secado
controlado y posterior humidificación. Estos ensayos reproducen mucho
más fielmente la realidad que los anteriores.
Como
de lo que se trata es de reproducir a escala de laboratorio lo que
sucede en la vida real, es totalmente válida la observación siguiente:
Se corroe menos el ancla de un barco hundido, sumergida en el mar, que
el ancla de un buque operativo (votar y zarpar, repetitivamente),
sometida a los ciclos ambientales diarios, con fases de niebla salina,
secado y alta humedad, conjuntamente con las variaciones térmicas entre
la noche y el día.
La
primera cámara de ensayos por niebla salina fue suministrada por CCI a
la compañía Auxiliar de los Ferrocarriles (Macosa) en los años setenta
del siglo pasado. Desde entonces el desarrollo tecnológico ha sido
constante.
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