Image Credit: NASA/Lockheed Martin |
Casi todas las compañías aeronáuticas de renombre están trabajando en el
desarrollo de motores de aviación que, cuando menos en parte, puedan
estar alimentados por corriente eléctrica, lo cual supondrá un enorme
avance en la reducción de gases de efecto invernadero.
Siemens y Airbus se han asociado para el desarrollo de motores
eléctricos, al igual que Rolls Royce, que se ha unido al grupo para
sacar adelante un motor 100% eléctrico que se montará en un avión
comercial real de propulsión híbrida.
El modelo elegido ha sido un BAe-146, cuatrirreactor de ala alta y
fabricación británica, del que se construyeron unas 400 unidades y cuyo
usuario más singular es el escuadrón 32 de la RAF, responsable de los
vuelos de la familia real británica. En ese avión uno de los cuatro
motores alimentados por gasolina de aviación será sustituido por un
motor eléctrico de 2MW y 2.700 caballos.
Lo que sí es cierto es que se prevén cambios muy importantes en la
aviación comercial, no solo en la reducción de combustibles derivados
del petróleo, sino también en el acortamiento de la duración de los
vuelos, volviendo a trabajar en la idea de diseñar nuevamente aviones
supersónicos, emulando al ya antiguo Concorde.
Un ejemplo de ello es el desarrollo del primer prototipo de avión
supersónico de la serie de X-planes de la NASA (Administración Nacional
de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense).
Conocido como el “hijo de concorde”, el nuevo avión de la NASA podría
transportar pasajeros desde Londres a Nueva York en tres horas, y,
además, sin hacer ruido, lo que cambiaría los aeropuertos para siempre,
según destacan analistas. Además, a diferencia del Concorde, que estaba
limitado a volar sobre océanos por su ensordecedor boom acústico, el
avión experimental Quiet Supersonic Technology (QueSST), de la NASA,
estará diseñado para generar ondas de choque y minimizar su efecto
acumulativo, produciendo un ruido sordo o estruendo más suave, en lugar
de un gran estampido.
Y cada vez está más cerca, dado que la propuesta de presupuesto del año
fiscal 2019 de la administración Trump para la NASA, presentada a
mediados de febrero, incluye fondos completos para el demostrador de
vuelo de baja explosión, un avión supersónico experimental. Con el apoyo
financiero asignado, la agencia podría comenzar a construir el LBFD a
gran escala con el objetivo de comenzar las pruebas de vuelo en 2021.
Boom, en dos años
En noviembre pasado, Boom Technology Supersonic se unió por primera vez
al salón aeronáutico Dubai Airshow, exhibiendo parte de lo que será el
futuro de la industria aeroespacial con la próxima generación de aviones
supersónicos comerciales que podrían volver a los cielos en poco más de
cinco años, según los cálculos de la startup que espera comenzar las
pruebas de la aeronave este mismo año, con miras a aceptar pasajeros a
bordo de su aún no diseñado jet supersónico de 55 asientos de capacidad
en 2023.
El XB-1 de Boom
Boom Technology ha explicado que el avión volará a una velocidad de
crucero de Mach 2.2 que equivale a 1.451 mph (2.335,16 Km/h), un 10% más
rápido que el Concorde, y a 60.000 pies (18.000 m). La configuración de
cabina es de 45-55 asientos Business. La última actualización señala que
podría entrar en servicio a mediados de 2020.
Los aviones de nueva generación reducirán a un tercio la duración de
vuelo.
Su diseño aprovechará los ligeros materiales de los aviones modernos,
como la fibra de carbono para el fuselaje y los motores turbofan. La
aeronave no necesitará postcombustión, lo que le permite volar con más
eficiencia de combustible que el Concorde. Según Scholl, si se va a
niveles realmente silenciosos, se convierte en un gran devorador de
combustible. No obstante, reveló que, abandonando los ruidosos
posquemadores del Concorde en favor de la tecnología de
turboventiladores, su empresa puede producir un avión lo suficientemente
silencioso como para aterrizar en concurridos aeropuertos de ciudades
como Londres Heathrow por la noche.
En diciembre pasado, Japan Airlines (JAL) se sumó al proyecto Boom,
proporcionando su conocimiento y experiencia como aerolínea, además de
una inversión estratégica de 10 millones de dólares. Está colaborando en
la afinación del diseño y la definición de la experiencia del pasajero
en viajes supersónicos.
Fuente: Boom Technology
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