Imagen: Láser Mecafort |
La aplicación del láser en el procesamiento de materiales ha sido
explorada desde los inicios del desarrollo del láser en 1960. Algunos
usos recientes han sido orientados a aplicaciones de alto impacto
tecnológico e industrial como son: la soldadura con láser, el
mecanizado, el micromecanizado, los nanoprocesos y los tratamientos
térmicos de materiales, entre otros.
La tecnología láser es un campo tan dinámico que lo considerado como
adelanto de laboratorio hace uno o dos años, hoy puede haberse
convertido en un producto comercial de uso diario.
El tratamiento de materiales con láseres de potencia es utilizado por
diversos sectores tecnológicos como son: el aeronáutico, el espacial, el
nuclear, el automotriz, el petroquímico y el biomédico, entre otros. En
forma particular, el tratamiento mediante ondas de choque generadas por
láser (LSP, por sus siglas en inglés: Laser Shock Processing),
utilizando un láser de estado sólido pulsado de neodimio y granate de
aluminio e itrio (conocido como láser Nd:YAG), es aplicado para
incrementar la vida útil de los componentes fabricados y, con ello,
mejorar sus propiedades mecánicas, evitando así reparaciones costosas,
logrando, además, incrementar en gran medida la confiabilidad y la
seguridad en el uso en dispositivos sujetos a flexión, compresión,
desgaste por fricción, fatiga, corrosión.
El empleo de la tecnología láser, frente a su competidor tradicional
granallado (procedimiento que consiste en impactar esferas de acero,
cerámica o vidrio a alta velocidad), permite generar tensiones
residuales en compresión a mayor profundidad, con lo cual la superficie
tratada presenta cráteres que van de muy pequeños a inexistentes, pero
el láser permite, además, la actuación sobre áreas pequeñas
consiguiendo, de esta forma, brindar tratamientos selectivos sobre zonas
cuya geometría sea muy compleja.
Fuente: Ciencia y Desarrollo Conacyt
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