Imagen: Michele Turbin (Casa Pasiva) |
La arquitectura bioclimática o arquitectura solar pasiva es la fusión de
los conocimientos adquiridos por la arquitectura tradicional a lo largo
de los siglos con las técnicas más avanzadas en el confort y en el
ahorro energético. El objetivo de la misma es cubrir las necesidades de
sus habitantes con el menor gasto energético, independientemente de la
temperatura exterior, para lo cual se diseña la edificación con el doble
fin de ganar todo el calor solar posible (cuando se desea) y evitar las
pérdidas de calor (a las ganancias, en verano).
Para ello, se trata de estudiar a conciencia tanto el diseño de la
edificación como los materiales a utilizar con miras a dar origen a una
edificación ahorradora y muy confortable. La arquitectura moderna aporta
el concepto de eficiencia y simplicidad en la distribución interior,
suprimiendo pasillos, bajando los techos, y optimizando la colocación de
los elementos de la cocina, con lo que se gana en comodidad interior,
pero ha sufrido un empeoramiento en otros ámbitos. La diferencia entre
la arquitectura moderna y la arquitectura solar o bioclimática es que la
primera necesita enormes cantidades de energía que viene de lejos para
calentarse, enfriarse, iluminarse o calentar agua, mientras que la casa
solar pasiva está integrada en su ambiente, necesita poca energía y ésta
la obtiene del medio, fundamentalmente del sol.
¿Cómo conseguir esto?
Mediante el aislamiento, dimensiones razonables, orientación y aberturas
adecuadas y aprovechamiento de los recursos y la energía del entorno.
Una casa bien aislada pierde la mitad de calor, y si está bien orientada
y con aberturas convenientes gana 3 veces más energía que una casa
convencional, con lo que sumados ambos conceptos, es posible gastar 6
veces menos energía que una casa convencional.
Los requisitos siguientes pueden aplicarse a todas las construcciones
nuevas, (algunos de ellos también pueden ser útiles en las
construcciones ya existentes):
- Adaptación al lugar:
Hoy en día se desprecia esta adaptación, pero ello obliga a enormes
gastos energéticos innecesarios. Tradicionalmente, por ejemplo en
Andalucía, se construía con miras a expulsar al sol (patios interiores,
fachadas blancas reflectantes del sol, pocas ventanas al sur...),
mientras que en el Norte se levantaba la vivienda para huir de la
humedad, o se acristalaban los balcones al sur para atrapar el escaso y
deseado sol.
- Orientación:
En una casa bioclimática que ambicione el calor en Invierno (una gran
parte de nuestro país) la fachada principal de la casa mirará al Sur,
siendo en esa dirección en la que más superficie se expondrá al sol. El
sol del verano no perjudicará a una saca bioclimática. Si se trata de
una zona calurosa incluso en invierno, los ventanales y aberturas
mayores se abrirán mirando al Norte.
- Los grandes huecos (ventanas, balcones, grandes puertas) deben mirar
hacia el Sur (al mediodía).
Es la parte más soleada, por lo que la aprovecharemos para obtener todo
el calor pasivo posible (este sol que entra en la casa, además de
calentar, sanea el ambiente y quita humedades). Dentro de la casa
aseguraremos una buena masa térmica (almacenadora del calor que
permitimos entrar en Invierno, como son las plaquetas, muros de
ladrillo, etc.). Al Este, al Oeste, y sobre todo al Norte las ventanas
deberían ser pocas y pequeñas (para evitar pérdidas de calor). Las
pequeñas ventanas al Norte facilitarán la refrigeración natural en
verano. Las contraventanas, persianas y toldos evitarán la entrada del
sol en verano. Un porche en toda la cara sur, así como tejadillos sobre
las ventanas de las dimensiones adecuadas evitarán la entrada del sol en
verano, pero la permitirán en invierno (debido a la diferente altura del
sol en dichas estaciones).
- Aislamiento óptimo:
todas las paredes, así como suelo y techo deben disponer de un doble
muro, con una cámara de aire y una buena capa de aislante entre ellos.
El aislante - que también podría ir al exterior o al interior de la
vivienda - deberá ser de alta densidad y ecológico para evitar que
desprenda emanaciones tóxicas dañinas para los moradores (la paja
prensada y convenientemente tratada o el corcho natural son de las
opciones más económicas y ecológicas, y sobretodo más sanas
disponibles). Las ventanas dispondrán de doble cristal y de persianas
con aislante interior, o se recurrirá a contraventanas interiores de
madera. Unas cortinas interiores gruesas también ayudan a evitar la
entrada de calor en verano (o la pérdida de éste en invierno). Un
pequeño vestíbulo o separador entre la puerta de entrada y el resto de
la vivienda servirá de retención de la climatología exterior. Los toldos
pueden ayudar como complemento, dado que pueden abrirse o cerrarse a
gusto.
- Calefacción por suelo radiante:
Equivalente a la tradicional gloria (y su nombre lo indica todo)
consiste en colocar tubos en serpentín por el suelo de toda la vivienda
(encima de una capa de aislante y bajo las plaquetas). Dichos tubos
harán la función de los radiadores y por ellos circulará el agua
calentada por cualquier sistema (incluso por energía solar), con la
ventaja de que 30º C a lo sumo caldearán perfectamente la vivienda
(mientras que un radiador requiere agua a 80ºC para llegar a calentar).
Este sistema se traduce en un mayor confort para los usuarios (dado que
el calor sale por la parte más fría de la casa - el suelo - y el calor
tiende a subir por simple física natural) y supone un reducidísimo gasto
en energía (prácticamente gratuito si el sistema de calefacción es
energía solar térmica).
- Refrigeración Natural:
La casa bioclimática tardará mucho más tiempo en calentarse que una
convencional (debido a su diseño, al aislamiento y a que se impide la
entrada del calor indeseado de forma radical). Las intencionadas
aperturas al norte, posibilitarán la entrada de aire fresco, que anulará
el calor generado y que podrá potenciarse con simples ventiladores
eléctricos, de un consumo minúsculo. Por la noche, la circulación
natural del aire refrescará la casa que se mantendrá fresca durante
prácticamente todo el día siguiente.
En la parte norte es recomendable la plantación de vegetación con un
doble fin de amortiguar los fríos vientos del norte en invierno y el
crear un ambiente fresco en verano, que ayudará a refrescar la vivienda.
Donde las circunstancias lo permiten, una bodega excavada en la tierra
también puede ser aprovechada para refrescar, como foco frío, a través
de sistemas naturales o mecánicos.
- Estudio Geobiológico:
Previo a la edificación que nos garantice que el terreno sobre el que se
construirá está libre de radiaciones nocivas, tanto artificiales como
naturales (corrientes subterráneas de aguas, redes de Hartmann, tendido
eléctrico de alta tensión, etc.) De igual modo, se estudiará
cuidadosamente la instalación eléctrica y los electrodomésticos
utilizados para anular o minimizar los efectos de la contaminación
electromagnética.
- Energías ecológicas:
Suelen acompañar a la casa solar o bioclimática. En una edificación
diseñada para ahorrar dinero en energía es interesante invertir en un
calentador solar de agua (entre 100.000 y 300.000 pts., dependiendo de
si es un bloque de viviendas o vivienda unifamiliar), que ahorrará la
mayor parte de la electricidad o el gas que se utilizará para tal fin en
los próximos 15 años. Los costes en calefacción serán notablemente
menores, y si además colocamos colectores solares térmicos,
prácticamente nulos. La electricidad solar fotovoltaica es razonable en
una casa ecológica, en términos económicos, si la vivienda dispone ya de
red eléctrica convencional será interesante la conexión fotovoltaica a
red, con la ventaja de poder vender el excedente energético a la
compañía eléctrica en unas condiciones muy ventajosas para el usuario.
Además de las energías renovables, una casa bioclimática aumentará el
ahorro utilizando electrodomésticos de alta eficiencia energética y de
agua, etc., así como se iluminará con bombillas LED de alto rendimiento,
que consumen 10 veces menos que las incandescentes.
- ¿Y en cuanto a dinero?:
La casa solar pasiva (o bioclimática) tiene un incremento del coste
entre un 5 y un 10% sobre el coste habitual, debido a la mayor calidad
térmica y sanitaria de los materiales y a una mayor estanqueidad y
aislamiento de la vivienda, pero permitirá ahorros de un 80% en
calefacción - refrigeración - iluminación, haciendo la vivienda más sana
y agradable además de más respetuosa con la naturaleza.
La casa solar pasiva es aplicable a toda nueva construcción - sea
vivienda unifamiliar o bloque de edificios - y tan sólo requiere que el
planeamiento urbanístico municipal tenga en cuenta el derecho a
disfrutar del sol de las edificaciones futuras, con una distribución de
las calles de acuerdo a una lógica y no de forma aleatoria o bajo
intereses especulativos ajenos al bien común.
Algunos de las técnicas de la arquitectura solar pueden aplicarse en las
edificaciones ya existentes, pero con resultados menos espectaculares.
Hoy, en un mundo con recursos energéticos limitados, es imprescindible
aprovechar todos los medios a nuestro alcance para satisfacer nuestras
necesidades al menor coste. La arquitectura solar pasiva permite que la
casa sea, además de segura, ahorradora y muy confortable. Antes de
comprar la vivienda, exija que las características anteriores hayan sido
tenidas en cuenta; y antes de construir, exija de su arquitecto los
conocimientos necesarios para que su vivienda pueda ahorrarle un 80% de
sus facturas energéticas: hágalo por usted, por su familia y por la
naturaleza.
Fuentes: SOLARTEC y Michele Turbin (Casa Pasiva).
www.cci-calidad.com |