El caos climático mundial no ha hecho más que empezar.
Esta hipótesis se desprende de los informes divulgados por la NASA,
según la cual, la fuerte corriente de El Niño en el Océano Pacífico no
muestra signos de disminución, y "ha creado ya un caos climático
alrededor del mundo".
Las imágenes recogidas por el satélite meteorológico Jason-2,
correspondientes al 27 de diciembre de 2015, tienen un parecido
sorprendente a las del 28 de diciembre de 1997, captadas por su
antecesor Topex/Poseidon, durante el último fenómeno de El Niño.
Las imágenes muestran alturas de la superficie del mar casi idénticas,
inusualmente altas, a lo largo del ecuador en el Pacífico central y
oriental, la firma de un grande y poderoso El Niño. Alturas superiores a
las normales en la superficie del mar son una indicación de una gruesa
capa de agua caliente.
El Niño se activa cuando los vientos alisios, que soplan hacia el oeste
en el Pacífico se debilitan o incluso se producen en sentido inverso, lo
que provoca un calentamiento dramático de la capa superior del océano en
el Pacífico tropical central y oriental. Las nubes y las tormentas
siguen el agua tibia, bombeando calor y alta humedad a la atmósfera
suprayacente. Estos cambios alteran los caminos de la corriente en
chorro y afectan a las rutas de las borrascas en todo el mundo.
El Niño de este año ha causado que la capa de agua caliente que
normalmente se acumula alrededor de Australia e Indonesia adelgace
drásticamente, mientras que en el Pacífico tropical oriental, las aguas
superficiales normalmente frías están cubiertas con una gruesa capa de
agua caliente. Esta redistribución masiva de calor hace que las
temperaturas del océano se eleven desde el Pacífico central hacia las
Américas.
Como resultado ha disminuido la lluvia del sudeste asiático, con una
reducción de las precipitaciones en Indonesia que ha contribuido al
crecimiento de los incendios masivos que han cubierto la región con humo
asfixiante.
El Niño también está implicado en las olas de calor en India causados
por las lluvias tardías del monzón, así como en una bajada del nivel del
mar de las islas del Pacífico, decoloración de los corales que está
dañando los arrecifes, sequías en África del Sur, las inundaciones en
América del Sur y una temporada de huracanes sin precedentes en el
Pacífico tropical oriental. En todo el mundo, la producción de arroz,
trigo, café y otros cultivos ha sido duramente golpeada por la sequía y
las inundaciones, lo que lleva a precios más altos.
En los Estados Unidos, muchos de los mayores impactos de El Niño se
esperan a principios de 2016. Los meteorólogos de la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica predicen un cambio inducido por El Niño
en los patrones de tiempo que comenzará en un futuro próximo, marcando
el comienzo de varios meses relativamente fríos y húmedos en todo el sur
de los Estados Unidos, y condiciones relativamente cálidas y secas sobre
el norte.
La nueva imagen de Jason-2 muestra que la cantidad de agua de superficie
extra-caliente de la corriente de El Niño (representada en tonos rojos y
blancos) se ha incrementado de forma continua, especialmente en el este
del Pacífico dentro de los 10 grados de latitud norte y al sur del
ecuador.
En el Pacífico occidental, el área de bajo nivel del mar (azul y
púrpura) ha disminuido un poco desde finales de octubre. Las áreas
blancas y rojas indican patrones inusuales de almacenamiento de calor.
En las áreas blancas, la superficie del mar esta de 15 a 25 centímetros
por encima de lo normal, mientras que en las áreas rojas, es de
aproximadamente 10 centímetros por encima de lo normal. Las áreas verdes
indican condiciones normales. La altura de la agua del océano está
influida, en parte, por su temperatura, y es un indicador de la cantidad
de calor almacenado en el océano.
Dentro de esta zona, las temperaturas superficiales son mayores a 30
grados centígrados) en el Pacífico ecuatorial central y cerca de 21
grados en las costas americanas. Esta señal de El Niño abarca una
superficie de 16 millones de kilómetros cuadrados.
"De cara al verano, podríamos no estar celebrando la desaparición de
este El Niño", advirtió Bill Patzert, climatólogo del Jet Propulsion
Laboratory. "Podría ser seguido por un La Niña, lo que podría traer
efectos más o menos opuestos a la meteorología en el mundo".
La Niña presenta condiciones esencialmente contraria a El Niño. Durante
un episodio de La Niña, los vientos alisios son más fuertes de lo
normal, y el agua fría que normalmente existe en las costas de América
del Sur se extiende hasta el Pacífico ecuatorial central. Episodios de
La Niña cambian los patrones climáticos globales y se asocian con menos
humedad en el aire sobre las aguas oceánicas más frías. Esto se traduce
en menos lluvias en las costas de Norte, América del Sur, Pacífico
central y oriental, y Pacífico Occidental.
Fuente: Jet Propulsion Laboratory
http://sealevel.jpl.nasa.gov/elnino2015/index.html
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