Algún día, cuando los seres humanos vayan a Marte, quizás descubran que,
en ciertas ocasiones, el Planeta Rojo tiene cielo de color verde.
Hacia finales de diciembre de 2014, la nave espacial MAVEN (Mars
Atmosphere and Volatile Evolution) de la NASA, detectó evidencia de
auroras diseminadas en el hemisferio norte de Marte. Las “luces de
Navidad”, como las llamaron los investigadores, rodearon el globo y
descendieron tan cerca del ecuador marciano que, si se hubieran
producido en la Tierra, se hubieran ubicado por encima de lugares como
Florida y Texas.
Un mapa de las detecciones de auroras sobre la superficie de Marte. El
mapa fue confeccionado por el Espectrógrafo de Imágenes Ultravioleta (Imaging
Ultraviolet Spectrograph o IUVS, por su acrónimo en idioma inglés),
deMAVEN en diciembre de 2014 y muestra que la aurora esta diseminada en
el hemisferio norte y no confinada a ninguna ubicación geográfica. La
aurora fue detectada en todas las observaciones que se llevaron a cabo
durante 5 días. Crédito: Universidad de Colorado.
“Es verdaderamente asombroso”, dice Nick Schneider, investigador jefe
del Espectrógrafo de Imágenes Ultravioleta (Imaging Ultraviolet
Spectrograph o IUVS, por su acrónimo en idioma inglés), en la
Universidad de Colorado. “Las auroras de Marte parecen abarcar más que
lo que alguna vez imaginamos”.
Esta no es la primera vez que una nave espacial detecta auroras en
Marte. Hace diez años, la nave Mars Express, de la Agencia Espacial
Europea, descubrió un brillo ultravioleta que provenía de “paraguas
magnéticos”, ubicados en el hemisferio sur.
A diferencia de la Tierra, Marte no tiene un campo magnético global que
envuelva al planeta entero. Por el contrario, el Planeta Rojo posee
campos magnéticos con forma de paraguas que “brotan” del suelo como si
fueran hongos, a un lado y al otro, pero principalmente se encuentran en
el hemisferio sur. Estos paraguas son restos de un antiguo campo global
que se descompuso hace miles de millones de años.
“Los ‘toldos’ que forman los paraguas son los sitios donde esperamos
encontrar auroras marcianas”, dice Schneider. “Pero MAVEN las está
viendo fuera de estos paraguas; de modo que esto es algo nuevo”.
Tanto en Marte como en la Tierra, las auroras se producen cuando las
partículas energéticas del espacio caen en forma de lluvia sobre la
atmósfera superior. En la Tierra, estas partículas son dirigidas hacia
los polos por el campo magnético de nuestro planeta. Es por ello que las
auroras se ven con más frecuencia alrededor del Ártico y de la Antártida.
En Marte, en cambio, no hay un campo magnético planetario organizado que
guíe a las partículas hacia el norte o hacia el sur; entonces, pueden ir
hacia cualquier lado.
“Las partículas parecen precipitarse hacia la atmósfera, por donde lo
deseen”, afirma Schneider. “Los campos magnéticos del viento solar se
extienden sobre Marte, e incluso sobre su atmósfera, y las partículas
cargadas simplemente siguen esas líneas del campo hacia la atmósfera,
que se encuentra abajo.
De acuerdo con los datos proporcionados por la nave espacial MAVEN, las
partículas solares que dieron origen a las “luces de Navidad” penetraron
profundamente en la atmósfera marciana produciendo así las auroras
ubicadas a menos de 100 km de la superficie. Eso es más bajo que las
auroras que se producen en la Tierra, cuya altura oscila entre 100
kilómetros y 500 kilómetros.
Al igual que la nave Mars Express hace 10 años, MAVEN posee una cámara
ultravioleta; de modo que no está viendo lo mismo que ven los ojos de
los seres humanos. ¿Qué vería un ser humano?
Schneider no está seguro. “Todavía estamos haciendo física”, señala,
“pero tenemos algunas hipótesis fundamentadas”.
A pesar de que la atmósfera de Marte está formada principalmente por
CO2, contiene algo de oxígeno y esa es la clave para el color de las
auroras. Los átomos de oxígeno excitados de la atmósfera marciana
probablemente producirían la luz de color verde.
“Un brillo verde difuso parece ser bastante posible en el cielo de
Marte; al menos cuando el Sol está expulsando partículas energéticas”,
dice Schneider.
MAVEN llegó a Marte en septiembre de 2014 en una misión destinada a
investigar un misterio planetario: Hace miles de millones de años, Marte
estaba cubierto de una capa de aire lo suficientemente masivo como para
calentar al planeta y permitir que el agua líquida fluyera sobre su
superficie. La vida podría haber prosperado en un medio ambiente como
este. En la actualidad, sin embargo, solo queda una pequeña fracción de
ese antiguo aire, lo que hace que Marte sea un páramo seco.
¿A dónde fue la atmósfera marciana? Una de las teorías preferidas señala
a la erosión provocada por el viento solar. Como Marte ya no posee un
campo magnético global que lo proteja, el viento solar podría remover el
material de las capas superiores de la atmósfera. La observación de las
auroras podría ayudar a los científicos de la misión MAVEN a conocer más
sobre este proceso.
Fuente: NASA
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