Imagen: blog.thedaily.com (Extracto del discurso escrito por Bill Safire,
fechado el 18 de julio de 1969 y que Richard Nixon nunca llegó a
pronunciar)
Imagen: NASA. Astronautas durmiendo en el transbordador espacial |
En los viajes espaciales de larga duración con imposibilidad de retorno
a la Tierra, lo normal es prever que puedan morir astronautas en la
travesía; de ahí que, en el imparable objetivo de viajar a Marte, haya
que prever absolutamente todo, incluso la muerte y el tratamiento de los
cadáveres.
Ya en los tiempos del viaje a la luna se había previsto la altísima
probabilidad de que los astronautas no volvieran jamás vivos a la
Tierra; de hecho, en los días anteriores a la llegada del Apolo 11 a la
Luna, el presidente de los Estados Unidos de América, Richard Nixon,
tenía preparado un discurso de “homenaje a los astronautas
desaparecidos”, que evidentemente no fue necesario pronunciar.
Como se ve, el discurso comenzaba: "Estos bravos hombres, Neil Armstrong
y Edwin Aldrin, conocen que no existe esperanza de ser rescatados. Pero
ellos saben que su sacrificio no ha sido en vano para la
humanidad,………………”.
Se puede observar que en el discurso no se mencionaba a Michael Collins,
el piloto del modulo lunar que les esperaba, quizás porque para él sí
había esperanza; no así para ellos, que les sobrevendría la muerte de
forma irremediable en la más absoluta soledad; esto si no se suicidasen,
cuestión que entraba dentro de una probabilidad contemplada.
Y es que, a decir verdad, incluso en nuestro planeta, es una realidad
el problema de qué hacer con los restos de tantos seres humanos
fallecidos, fruto de la superpoblación (China se lo está estudiando
seriamente), luego ¿porqué no pensar lo mismo en el futuro de los viajes
espaciales de larga duración?
En el caso de fallecimientos en la Estación Espacial Internacional, o en
los viajes a la Luna, es factible transportar lo cadáveres a la Tierra,
pero cuando se habla de “viajes sin retorno” (como dicen algunos, en el
caso de Marte), es necesario planificar soluciones.
A este respecto la NASA, en colaboración con la compañía norteamericana
Promessa, está estudiando soluciones tales como: Introducir los
cadáveres en bolsas “Body Back”, dejarlas unas horas fuera de la nave
flotando en el espacio a temperaturas de ultracongelación, y emplear un
sistema de ondas de choque para micronizar el cuerpo helado reduciéndolo
a polvo; un sistema con una efectividad equivalente a la incineración,
entre otras soluciones.
Por macabro que parezca el tema, no cabe duda de que, este u otro
procedimiento, habrá de ser planificado y descrito detalladamente, dado
que la alternativa de abandono de los cuerpos en el espacio está
prohibida por la ONU, y por otra parte, los cuerpos no pueden ser
conservados en el reducido espacio de una nave espacial.
www.cci-calidad.com |