El laboratorio JPL perteneciente al California Institute of Technology
de la NASA en Pasadena, está investigando la vida en los ecosistemas
extremos que se encuentran en el Caribe, con el fin de encontrar
similitudes compatibles con la vida extraterrestre en lugares que tienen
océanos bajo su superficie.
En dichos ambientes extremos, a altas temperaturas y con aguas
sulfurosas, los crustáceos, alimentados por las bacterias extremófilas,
se agrupan en colonias masivas a lo largo de las columnas volcánicas que
circundan los cráteres subterráneos.
La investigación se basa en el criterio de Max Coleman, investigador
sénior en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, por el cual, si en un
origen la vida sobre la Tierra fue microbiana, “en la Luna Europa, por
ejemplo, de existir vida, esta sería microbiana”.
Al igual que las bacterias que son capaces de vivir en estos
afloramientos submarinos, también podrían sobrevivir en otros ambientes
extremos semejantes, debido a la quimiosíntesis, un proceso que funciona
en ausencia de luz solar y que permite a los organismos obtener energía
a partir de reacciones químicas. En este caso, las bacterias utilizan el
agua de mar hiperoxigenada y el sulfuro de hidrógeno volcánico, a
temperaturas cálidas, para producir materia orgánica.
De reproducirse los mismos ecosistemas en lugares tales como la luna
Europa; ¿por qué no aventurar la existencia de vida semejante en tales
lugares?
Fuente: NASA
California Institute of Technology
Jet Propulsion Laboratory (JPL) Pasadena, Calif.
818-354-6425
Elizabeth.Landau@jpl.nasa.gov
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